http://www.paginasiete.bo/2012-10-03/Opinion/Destacados/15Opi00103-10-12-P720121003MIE.aspx
- 02/10/2012
Hace pocos días, en una visita a Bolivia, el representante de la empresa italiana Leitner, Andrés Marín, denunció que en la construcción del teleférico en La Paz existe un sobreprecio de más de 38 millones de dólares tras la firma de contrato entre el Gobierno y la compañía austriaca Doppelmayr.“Con la información que existe es muy difícil dar un precio exacto porque no hay estudio de prefactibilidad, nosotros lo que hicimos fue hacer una aproximación a lo que podía costar el proyecto, de acuerdo con los datos que son públicos, pero (la oferta aceptada por el Gobierno) nos parece cara, el precio es muy alto”, dijo Marín a radio ERBOL.
La declaración del empresario aumenta las dudas sobre el precio de la obra (sobre su viabilidad técnica también hay muchos cuestionamientos porque no tiene estudios de prefactibilidad que se conozcan y tampoco fue producto de reuniones con los interesados directos, los municipios de La Paz y El Alto).
El empresario mencionado asegura haber enviado a las autoridades su propuesta con el precio más bajo pero no tuvo ninguna respuesta. Señaló que el costo podría ser de 196 millones de dólares, contra los 234 millones que cuesta el proyecto contratado a la empresa austriaca.
Página Siete comparó hace un mes los costos del teleférico de Medellín, en Colombia, con los de La Paz y estableció que por cada metro de recorrido (el de La Paz tiene más de 10.000 y el de Medellín más de 9.000), el costo de la obra en Bolivia será casi el doble de cara que la de Colombia. Cada metro de recorrido del teleférico de La Paz, dijimos, costará 22.500 dólares; mientras el de Medellín, 11.298 dólares.
El ministro de Obras Públicas explicó que esa diferencia se debe sobre todo al aumento del precio del acero, que es uno de los insumos principales de un proyecto como éste. El representante de la empresa Leitner; sin embargo, rechaza que ésa sea una explicación razonable.
Las dudas sobre el costo de la obra se generan en que las autoridades no realizaron una licitación pública internacional mediante la cual se hubieran conocido, con transparencia, distintas ofertas de construcción. Es posible que el Estado hubiera ahorrado varias decenas de millones de dólares.
¿Y por qué no se hizo la licitación? Por la motivación política de esta obra. Al Gobierno le interesa más que resolver verdaderamente el tema del transporte, ganar votos con una obra vistosa. Por eso, para ganar tiempo y procurar que la misma esté ya empezada en las próximas elecciones (diciembre de 2014) es que se hizo la invitación directa mencionada. Y por eso también se eludió realizar un análisis técnico con los profesionales de las dos alcaldías involucradas. Todo vale cuando se trata de ganar elecciones.
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