lunes, 22 de octubre de 2012

El costo de oportunidad del gas y su industrialización

Marco Zapata Cusicanqui

http://www.paginasiete.bo/2012-10-22/Opinion/Destacados/12Opi00122-10-12-P720121022LUN.aspx

- 21/10/2012

Las exitosas gestiones de negociación en el precio de venta del gas natural (GN) han dado lugar a que se vuelva muy difícil emprender procesos de industrialización de nuestro GN sin restarle recursos a nuestra economía por usarlos internamente.

La afirmación anterior la analizamos en relación con la comparación entre sus precios de venta dentro del país y los precios de exportación. También analizamos los usos posibles y los futuros emprendimientos industriales que se quieren realizar con el gas.

De acuerdo con el último boletín estadístico reportado por YPFB (enero-junio 2012) el precio de exportación varía entre nueve y 13 dólares por millón de BTU (que es aproximadamente igual a un millar de pies cúbicos – MPC); en cambio, en el mercado interno el GN se comercializa entre uno y dos dólares por MPC. El gas natural vehicular (GNV) y el gas residencial e industrial se venden a 0,98 dólares por MPC.

Según los datos presentados, el GNV se comercializa internamente a menos del 10% del precio de exportación, es decir que cuando los vehículos pasan de usar gasolina o diésel a gas, el país deja de ganar entre ocho y 12 dólares por cada MPC que los vehículos consumen, pues dicho gas podría ser utilizado para ser exportado.

En el GN utilizado para generación eléctrica la situación es parecida, el costo de venta a las empresas generadoras del sistema interconectado es de 1,3 dólares por MPC; a junio de 2012 se utilizaron como promedio diario 136 mil MPC de gas, habiendo pagado las generadoras eléctricas 177 mil dólares diarios; si esa cantidad de gas se hubiera exportado, el país habría pasado una factura de 1,36 millones de dólares (tomando un valor promedio de diez dólares por MPC), el costo para la economía del país de vender gas barato a las empresas eléctricas es de 1,18 millones de dólares diarios, casi 433 millones de dólares al año.

Todos estos consumos internos -y pérdida de enormes ingresos a la economía del país- ‘pueden’ justificarse en función a que benefician a los bolivianos; ése es uno más de los tantos beneficios de vivir en Bolivia, tener la energía muy barata.

Pero lo que no parece adecuadamente evaluado desde un punto de vista económico es el nuevo emprendimiento de la planta de urea y amoniaco adjudicada con bombos y platillos como el proyecto de inversión más grande a ser ejecutado históricamente en Bolivia. La planta tendrá un costo de 844 millones de dólares y de acuerdo con YPFB producirá 650 mil toneladas métricas (TM) de urea y 420 mil TM de amoniaco; para ello se requerirá una cantidad de 1,4 millones de metros cúbicos al día, es decir el 36% de lo que se utiliza en toda la generación eléctrica en Bolivia. De acuerdo con el estudio de mercado del proyecto, el 20% se producirá para el mercado interno y el restante 80% para la exportación, especialmente Argentina y Brasil. No obstante, que Brasil empezará a fabricar urea y amoniaco desde al año 2015 para casi convertirse en autosuficiente en ambos aspectos, nuestras esperanzas del más importante cliente se esfuman prematuramente.

Aun en el caso que puedan encontrarse clientes que compren dichos productos, sus costos de producción son excesivamente onerosos en relación con el costo de oportunidad del GN. Por ejemplo, para producir una TM de amoniaco son necesarios 33 millones de BTU; al precio actual de exportación del gas, sólo la materia prima para producirlo demandará aproximadamente 330 dólares o más por tonelada, sin considerar otros insumos, amortización de la planta, sueldos y todos los otros costos de producción. Ese valor debe compararse respecto al precio de venta internacional de la tonelada de amoniaco que varía anualmente entre 300 y 400 dólares; por lo tanto, no hay negocio para el país, no vaya a ser que al igual que nuestro gas licuado o gasolina que se van de contrabando, subsidiemos a nuestros compradores externos bajo pretexto de justificar nuestro proceso de industrialización del gas.

Con los altos precios internacionales a los que se está logrando exportar el gas, no se justifica la realización de procesos de industrialización pues sería muy difícil encontrar productos que tengan una rentabilidad superior a la que nos da exportar gas natural. Nuestras autoridades aún están a tiempo de revertir el tamaño del contrato de la planta de fertilizantes químicos para que ésta provea únicamente al mercado boliviano –justificando así su cuestionada localización- y evitar erigir otra planta tipo Karachipampa u otro de los elefantes blancos ejecutados en el país.



Marco Zapata es economista.

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