martes, 23 de octubre de 2012

Choquehuanca en Suecia con el “vivir bien”

- 22/10/2012

David Choquehuanca estuvo en un aula de la Universidad de Estocolmo para hablar a un público muy “latino” sobre la filosofía del buen vivir.

El vivir bien como una respuesta a la crisis global, título de la conferencia, no es fácil de sintetizar porque le faltó un anclaje filosófico al disertante. Choquehuanca habló de valores olvidados dentro de la cosmovisión, sobre todo aymara, sugiriendo que el olvido es por la vigencia de otras ideas ajenas a la percepción indígena.

“Profundizar la democracia mediante el consenso”, dijo en Suecia, un país donde el consenso es sinónimo del modelo escandinavo. Pienso que la intención del ministro fue indianizar el concepto “consenso”.

Habló también de “pensamiento y conocimiento”, vinculó el primer concepto con lo “ajeno”, en tanto que el segundo vocablo asoció a la cultura indígena. Igual que democracia que, según Choquehuanca, es igual a sometimiento de la minoría, cuando en las democracias modernas, como la sueca, no se trata de “someter a la minoría” sino de respetarla y hacer tratos puntuales para que las leyes sean más justas.

Citó varias palabras aymaras como tapacha (pido disculpas por mi escritura del aymara) y explicó que “no es sólo el hombre el que existe sino las plantas, los animales, los cerros”. Nos ilustró diciendo que pacha es equilibrio, kuti es retorno y lanzó una metáfora para explicar el significado de tumpa: “Una planta se alimenta de agua, el animal bebe agua y el hombre toma agua”. “Es la leche de la madre tierra”. Hubo un intento de filosofar cuando habló del “ser”. “Hoy no hay “ser”, tenemos que volver a “ser”.

¿Cómo interpretar lo dicho en casi una hora? Al finalizar, uno de los asistentes, para sintetizar, usó una palabra sueca: flummig, que no tiene significado en español, haciendo un esfuerzo sería algo así como: “acientífico” o para el vulgo: poco claro. A una rioplatense no le gustó que califique a la mujer como complemento del hombre, pues Choquehuanca habló de las complementariedades e ilustró con algunos ejemplos.

Dio la impresión de evitar toda aproximación marxista, pienso que porque es una teoría que se queda en el hecho “económico”, en tanto que la suya abarca a los símbolos culturales.

Algo que quedó claro es que para Choquehuanca “el hombre es un ser bueno”, no sé si todos o sólo los aymaras.

Para darle un anclaje filosófico pudo bien el ministro recordarnos que Rousseau ya en 1750 criticó duramente a las ciencias y artes por haber sido las culpables del abandono por parte del hombre de su “estado natural”.

La tesis de Rousseau chocaba frontalmente con la de su contemporáneo Hobbes y su famosa frase: “El hombre es lobo del hombre”, con lo que justificaba El Leviatán (un estado todopoderoso) para poder regular la convivencia. El “buen salvaje” vivía bien y feliz hasta que apareció el egoísmo y el ansia de la riqueza, la propiedad y con ella la injusticia.

Choquehuanca no citó a Rousseau ni a Hobbes, no creo que sea porque no los conozca, sino porque “el vivir bien” es una mezcla de ambas teorías, sin llegar a ser lo que se pretende, un nuevo “ismo”.

Día antes de la conferencia del ministro boliviano habló el doctor en ciencias políticas Olivier Dabèner (Francia), quien dijo que la “izquierda en América Latina” no abandonó el liberalismo y la base del modelo es el “extractivista”, que lleva en su seno la semilla de la crisis, pues dejará de funcionar en medida en que baje la demanda, sobre todo de China.

A una pregunta sobre el discurso de Venezuela, Ecuador y Bolivia, dijo que es más retórica que realidad.

Algo de lo que no habló el ministro boliviano fue de la inclusión de sectores que antes estaban fuera del sistema. Según el francés Dabèner, es la parte más importante de los procesos continentales y calificó el hecho de “irreversible”

y aconsejó a las oposiciones observar esa realidad. (Ya lo hizo Capriles en Venezuela).

Pido disculpas por haber mezclado la filosofía de Choquehuanca con la politología de Dabèner. Sólo pretendo que entiendan lo que para mí fue difícil.



Carlos Decker-Molina es periodista boliviano radicado en Suecia.

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