El patrimonio del presidente Morales

http://www.paginasiete.bo/2012-11-18/Opinion/NoticiaPrincipal/16Opi00118-11-12-P720121118DOM.aspx

- 17/11/2012

Luego del cumpleaños del presidente Evo Morales, cuando los funcionarios públicos suelen actualizar su declaración jurada ante la Contraloría del Estado, sobre los bienes que poseen, se ha desatado una polémica sobre el meteórico incremento del patrimonio del Jefe de Estado, de 779.423 bolivianos a 2.705.058 bolivianos en cerca de siete años.

Este incómodo debate para la imagen del Mandatario arrancó una inmediata explicación oficial. La ministra de Comunicación, Amanda Dávila, justificó o al menos intentó hacerlo, señalando las razones del aumento del patrimonio personal del presidente Evo Morales. Según la funcionaria, la elevación del valor de los bienes raíces en el mercado provocó la consecuente subida del mencionado patrimonio presidencial en 1.925.635 bolivianos, unos 270 mil dólares americanos, es decir más de 300% desde que Evo Morales llegó al Palacio de Gobierno.

La apresurada explicación de Dávila gatilló nuevas críticas, provenientes sobre todo de la oposición, las que fueron in crescendo, por lo que el Vicepresidente, ya con algunos ajustes, reprodujo la versión, poniendo énfasis en el recuento de cada una de las propiedades inmuebles de Evo Morales, sentenciando que era ésa y no otra la explicación correcta.

Como no faltaron los cálculos que no cuadran sobre el ingreso mensual del Presidente, el supuesto ahorro total de su salario (suponiendo que no paga la manutención de sus hijos, además de la escolaridad y otras ineludibles obligaciones puramente personales que sí la tiene como cualquier mortal), las críticas recrudecieron. El Presidente tuvo que explicar, personalmente, la elevación de su patrimonio. Y como si se tratara de lo más natural, hizo saber que monetiza sus regalos. Dijo que unos 500 ponchos que le obsequiaron durante estos años tienen un valor de 100 mil dólares que ahora forman parte de su patrimonio personal e incluso agregó que seguirá recibiendo todos los regalos que le ofrezcan en sus viajes por el país.

Por lo sui géneris de las causas expuestas por Evo Morales sobre el incremento de su patrimonio, la noticia recorrió innumerables medios extranjeros; algunos de ellos, en tono de chascarrillo, hablaron de la inusual monetización de los regalos que Morales suele recibir; otros recordaron algunos pasajes similares, como cuando Carlos Menem, en el ejercicio de sus funciones como Jefe del Estado argentino, tuvo que desprenderse de un automóvil “Ferrari” que le fue obsequiado. También, a la actual presidenta Cristina Kirchner tuvo que recordársele, en más de una oportunidad, que según el artículo 18 de la ley de Ética Pública en ese país, “los funcionarios públicos no podrán recibir regalos, obsequios o donaciones, sean de servicios o bienes, con motivo o en ocasión del desempeño de sus funciones”.

En Bolivia, el Código Penal, en título II, el capítulo I referido a los delitos cometidos por funcionarios públicos, señala en su artículo 147 sobre los “beneficios en razón al cargo” que “el funcionario público o autoridad que en consideración a su cargo admitiere regalos u otros beneficios, será sancionado con reclusión de uno a tres años y multa de sesenta a doscientos días”.

En este sentido, las últimas argumentaciones de la ministra de Transparencia, Nardi Suxo, así como la segunda justificación hecha el jueves por Álvaro García Linera, añadiendo a su explicación anterior el dato de los ponchos, añaden confusión que es necesario aclarar por la altura de la investidura presidencial, incluso para evitar, entre otras cosas, que tan ingrato asunto se constituya en argumento para la próxima campaña electoral.

En lugar de distraer la atención, exigiendo que el empresario Samuel Doria Medina explique cómo obtuvo su patrimonio, los colaboradores del presidente Evo Morales deben ofrecer una aclaración detallada de los ingresos, gastos y patrimonio del Presidente. El pueblo merece una información clara, transparente pero sobre todo sincera de quien lo gobierna.