sábado, 8 de junio de 2013

La dialéctica amigo/enemigo

http://www.paginasiete.bo/2013-06-08/Opinion/Destacados/16Opi00208-06-13-P720130613SAB.aspx

- 07/06/2013

San Agustín, en su interpretación de la historia universal, escribió que la ciudad de Dios y la del pecado eran dos ciudades antitéticas y en mutua y permanente enemistad, con una dialéctica amigo/enemigo. Coexistían excluyéndose recíprocamente en una tensión dialéctica, propia de una cultura beligerante y excluyente. En la dialéctica amigo/enemigo hay cuatro opciones: (1) El amigo de mi amigo es mi amigo; (2) el amigo de mi enemigo es mi enemigo; (3) El enemigo de mi amigo es mi enemigo; (4) El enemigo de mi enemigo es mi amigo.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Churchill, que era anticomunista intransigente, manifestó que “si Hitler invadiera el infierno, me gustaría hacer al menos una referencia favorable al diablo en la Cámara de los Comunes”, haciendo relación al apoyo británico a la URSS.

Es ejemplo ilustrativo de esa cuarta opción que, a menudo, emerge en las relaciones internacionales: el enemigo de mi enemigo es mi amigo. En otras palabras, se trata de una táctica que se utiliza cuando dos partes tienen un mismo enemigo y aúnan fuerzas para derrotarlo. Es un procedimiento repetitivo a lo largo de la historia para soslayar una confrontación directa.

Chile ha iniciado acciones tendientes a enfrentar la demanda que Bolivia ha planteado ante la CIJ que tiene quince miembros de diversas nacionalidades. Si bien los jueces son hombres de derecho, probos y de innegable experiencia también tienen su nacionalidad de la cual es muy difícil, aunque no imposible, desprenderse. En el ultimo análisis hay nomás una lealtad a la patria que los impulsó, apoyó e inspiró a candidatear a un puesto en ese alto Tribunal.

Curiosamente, el Presidente de Chile visita Estados Unidos y declara que hay una “agenda abierta” con ese país, dejando entrever que podrán ser tratados con su homólogo norteamericano los problemas que se ventilan en La Haya. Chile se acerca más que amistosamente a Estados Unidos, país contra el que el Estado Plurinacional de Bolivia arremete sostenida e inamistosamente. Estados Unidos tiene un influyente magistrado en la CIJ.

Las cosas con Brasil, a pesar de los esfuerzos de su hábil y diligente embajador, tampoco andan bien que digamos. El caso del asilo del senador Pinto y los cinco hinchas futbolistas aún presos en Oruro, independientemente de los problemas vinculados con el narcotráfico, han afectado negativamente las relaciones con ese país. Chile, seguramente, está muy consciente de ello pues Brasil también tiene un respetado magistrado en la CIJ.

Se podría enumerar otros ejemplos más; no obstante, lo que cuenta es que si pasamos revista al comportamiento de la política exterior boliviana en los últimos tiempos, comprobaremos que hemos perdido muchos amigos y nuestros escasos “aliados ideológicos”, a la hora de la verdad, ni siquiera han votado con nosotros, como lo hemos observado en la reunión de la OEA en Cochabamba.

Chile está haciendo uso de la táctica de aliarse con nuestros enemigos (que hoy por hoy no son pocos) para enfrentarnos o, simplemente, defenderse.

Hay en esta dialéctica del amigo/enemigo, adicionalmente, la opción de que el amigo de mi enemigo es mi enemigo. Esta opción amplía aun más el universo de posibles adversarios en la arena internacional. Chile no es manco y lo acaba de demostrar en la OEA con respecto a la forzada exclusión del tema marítimo en el ámbito hemisférico. México y Colombia, otrora aliados incondicionales de Bolivia en la cuestión marítima, marcaron distancia diplomática de nuestra posición.

El Estado Plurinacional tiene que ir más allá de actitudes mediáticas pendencieras si es que se pretende alcanzar algún propósito con su nueva política internacional vis a vis Chile y la reivindicación marítima. Requiere construir y fortalecer las opciones de que el amigo de mi amigo es mi amigo y el enemigo de mi enemigo es mi amigo. Para ello se requiere seriedad, planificación, tacto y un servicio diplomático idóneo y experimentado. Se tiene que reforzar varias misiones diplomáticas, entre ellas la embajada en Países Bajos, con diplomáticos competentes y bien adiestrados. No es el momento de seguir improvisando con nombramientos de amigos, compadres o conmilitones.



Fernando Salazar es abogado internacionalista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario