martes, 14 de mayo de 2013

Rebeca Delgado, otra víctima del humo

http://www.paginasiete.bo/2013-05-13/Opinion/Destacados/12Opi00213-05-13-P720130513LUN.aspx

- 12/05/2013

Algo se ha roto en el MAS y no porque se haya abierto el corral (esto ocurrió otras veces). Su axiomática necedad le lleva hoy a perder no una oveja descarriada, sino una invitada que fue leal, defendió radicalmente el proceso liderado por Evo Morales y Álvaro García y ahora, sólo por fijar una posición distinta a la del rebaño, sólo por pensar, cuidar la ley y tener memoria, paga una injusta factura con acoso y persecución política. Algo se ha roto porque decepciones hubo innumerables en el MAS, pero nunca de esta magnitud.

Rebeca Delgado, incluso arriesgando su prestigio como la abogada independiente que fue mientras el MAS no la consideraba en su lista de invitados, tras aceptar, nunca dejó de sacar la cara por el instrumento político -dudo mucho que partido-, y así lo vino haciendo hasta que los procedimientos antidemocráticos se tornaron insostenibles.

Su profesionalidad y suficiencia moral, la que hoy le permite confrontar su verdad con la de cualquier masista orgánico o fundacional, ubican a la expresidenta de Diputados en un sitial prominente allá donde se constriñe la estatura intelectual, en el Congreso.

Hay aquí una relación directa entre atropello jurídico-legal y desencanto político. Y el hecho de que la disidencia provenga ahora de una abogada sobresaliente potencia la idea de autoritarismo e irrespeto a algunas libertades. Pero, aquí también hay negligencia de la propia Delgado que, sabiendo del dogmatismo del MAS, no podía darse el lujo de pensar así porque sí, menos siendo una simple “invitada”. Mínimamente, debió pedir permiso.

Una de sus colegas, la senadora Nélida Sifuentes, que ocupa un alto cargo en la dirección nacional del MAS, nos anotició de que “'ya no hay invitados, los invitados nos han llevado a problemas”. ¿Qué problema esto de pensar?, ¿no?

Rebeca Delgado nunca fue “orgánica” para el MAS, tampoco originaria; pero el error otra vez es suyo. ¿No sabía del temor a disentir que subyace en el MAS desde que instituyeron el concepto -vegetariano, saludable- de “lo orgánico”, porque lo contrario significaba debilidad, dar chances de resurrección al cucu -carnívoro, insano- de la derecha? Lo sabía pero fue leal: aguantó en silencio hasta donde pudo y, al final, explotó.



Delgado no es la única a la que le metieron gato por liebre. Como persona de buena fe creyó que podía aportar al proceso de cambio con sus conocimientos y no sólo levantando la mano para aprobar lo que pensaban otros. (La bajada de línea ha sido una constante dentro del MAS, incluso en la Constituyente, donde Delgado tuvo destacada participación, por lo menos en lo formal. Algunos recién toman conciencia de esto: de lo que se ha roto).

No se puede decir que se haya roto el idilio con el MAS; ésta es una constatación callejera, de taxímetro, hace kilómetros. Se ha roto el secreto mejor guardado: el de la fábrica de humo. El MAS vende humo y Delgado es la víctima más reciente de esta ilusión rica en símbolos y tropelía, hábil máscara del vulgar gato por liebre que se ofrece en los mercados de la política donde, vaya exoticidad, la papa no es más imilla sino “imilla plurinacional”.

Rebeca Delgado, la misma que en Sucre dirigió la mesa de la justicia refundacional, es una muestra tangible de la voz que el poder que idiotiza quiso silenciar. De la mujer perseguida por el machismo (y sus inmanentes partes femeninas), que nunca se alejó de los gobiernos; ni siquiera de éste, el mismo que enarboló los derechos de las personas en una sociedad de millones de discriminados. Hoy, ella sufre en carne propia esa marginalidad, producto del acecho de los que no toleran la discrepancia. democracia.

Oscar Díaz es periodista y escritor

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