miércoles, 1 de mayo de 2013

La democracia no importa

http://www.paginasiete.bo/2013-05-01/Opinion/Destacados/15Opi00201-05-13-P720130501MIE.aspx

- 30/04/2013

Había que tener demasiada ingenuidad para creer que el Tribunal Constitucional podía declarar inconstitucional el intento de reelección de Evo Morales en las elecciones de 2014. Es cierto que muchos dudaron un poco, algunos tenían algo de fe en esa institución cuando vieron que ella declaraba inconstitucionales algunos artículos de la Ley Marco de Autonomías; pero la realidad, tozuda como es, mostró que ese Tribunal definía que su fallo no tenía retroactividad, por tanto, que no contrariaba al poder central.

El efecto de sus decisiones anteriores era nulo, no servía para nada, salvo para lavarle la cara a esa institución, pero solamente por algunos días, o para que algunos inocentes crean en su apego al Estado de derecho.

Ese Tribunal es una oficina del Gobierno. Desde dentro lo entienden así, lo aceptan, para eso y por eso fueron electos; pero, el colmo es que esa aceptación no los lleva siquiera a sonrojar sus rostros. Menos muestras de sonrojo dan sus propietarios del MAS, ésos que dicen defender la democracia, pero que, en realidad, con sus actos cotidianos lo único que hacen es debilitarla.

El Tribunal actuó de ese modo porque en su mandato estaba escrito que debía hacer lo que precise el poder central; ésa es su función, no otra. Claro que en el fondo es una decisión que no se apega a la Constitución; pero, ¿acaso eso le interesa al MAS?, ¿acaso la ley debe ser cumplida por ese Tribunal y por el MAS? De ninguna manera, las instituciones del presente deben funcionar y operar haciendo lo que ese poder necesite, ésas son sus competencias concretas, no otras, menos las de respetar la ley.

Más ingenuidad tuvieron otras personas -quizás menos que las que confiaron por dos semanas que el Tribunal Constitucional estaba cambiando-, que creían de manera inocente que el Tribunal Supremo Electoral podía evitar que el MAS se presente en las elecciones de 2014 por no haber presentado sus estados financieros auditados, como lo exigía la norma electoral. Sin embargo, de manera muy rápida, ese Tribunal se dio modos para ampliar el plazo para que su mandante, el MAS, tenga tiempo adicional para presentar esos documentos.

Es demasiada ingenuidad creer que el Tribunal Supremo Electoral o el Tribunal Constitucional sean instituciones independientes, no, no es así; son totalmente dependientes del poder central, son dependencias del Ejecutivo. Sería más transparente que funcionen como viceministerios y no como tribunales supremos de ningún tipo. La realidad debería tener otros membretes: Viceministerio de Asuntos Electorales y Viceministerio de Asuntos Constitucionales, esto transparentaría lo que sucede en la realidad institucional del país.

Además debería sumarse otro viceministerio, el referido a las cuestiones judiciales, pues el Poder Judicial, ya sea el Consejo Supremo de la Magistratura o el Ministerio Público, es totalmente dependiente del poder central. ¿No fue acaso otra ingenuidad creer que el ciudadano elegía a los miembros del Poder Judicial? Éstos ya habían sido elegidos anticipadamente por el MAS en la Asamblea Legislativa Plurinacional. Elegir jueces en un sistema político donde hay un Gobierno que domina todos los poderes, que posee mayoría absoluta en la Asamblea Legislativa, es una trampa, pues implica regalarle el Poder Judicial a un Gobierno que predica que son los ciudadanos los que eligen a los jueces, cuando bien sabemos que es el Gobierno el que lo hace.

El Gobierno usó las elecciones para legitimar la cooptación o nominación por cuenta propia del Poder Judicial, trató de legitimar su acción acudiendo al voto ciudadano, pero la gente mayoritariamente no votó por ninguno de los candidatos a jueces presentados en las listas. El Poder Judicial emergente de esas elecciones es totalmente ilegítimo; pero, ¿acaso al MAS le interesa la ilegitimidad del Poder Judicial? Para nada, lo que le importa es que esos ilegítimos le sigan cumpliendo la tarea con obsecuencia, es decir, que lo ayuden a reproducir el poder. Ése es el norte del MAS, no la defensa del Estado de derecho, no la profundización de la democracia. La democracia no les importa, solamente les interesa reproducir su poder a cualquier costo. Si es necesario matar a las instituciones para cumplir su meta, pues desmontarán las instituciones; si es necesario para ello poner entre rejas a los opositores, lo harán, para eso utilizan sin contemplaciones la judicialización de la política.





Carlos Toranzo Roca es economista.

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