sábado, 9 de marzo de 2013

El legado de Hugo Chávez

http://www.paginasiete.bo/2013-03-09/Opinion/Destacados/16Opi00109-03-13-P720130309SAB.aspx

- 08/03/2013

No existe derecho de inventario para los pueblos que reciben herencias de sus gobernantes. Si Venezuela podría escoger qué mantener y qué no de lo hecho por su extinto Presidente, orgullosa aceptaría las significativas iniciativas integracionistas que Hugo Chávez impulsó como un acto de ese Estado. Sin embargo, con certeza, rechazaría las condiciones económicas en las que ahora se encuentra fruto de las políticas económicas que Chávez fortaleció u omitió.

No queda la menor duda de que la equidad mejoró en Venezuela durante el mandato de Chávez que se prolongó por 14 años. El más común de los indicadores de equidad conocido como Gini se modificó de 0,49 que alcanzó en 1998 a 0,39 en 2011; esto significa una considerable reducción de la desigualdad del ingreso al punto de colocar a Venezuela como el país más igualitario de América Latina.

Sin embargo, este impresionante logro no se respaldó en un crecimiento de la actividad productiva y se financió gracias a las crecientes exportaciones de petróleo (bordean los 100 mil millones de dólares), una creciente deuda externa y un progresivo aumento del déficit fiscal. La política macroeconómica de Venezuela fue todo menos austera. Conducida más por razones políticas dirigidas a aumentar el caudal de apoyo al régimen, se manejó con discrecionalidad y como si los disponibles recursos fueran inagotables.

Durante la época de salud de Chávez se depreció tres veces la moneda nacional y durante su enfermedad y estadía en Cuba se lanzó la más severa de las devaluaciones de 4,3 bolívares por dólar a 6,3 en febrero pasado. La devaluación lanzó el tipo de cambio paralelo de cerca de 20 a 30 bolívares por dólar. Los precios se dispararon y la inflación se presenta incontrolable particularmente en los mercados negros que son los que, hoy por hoy, efectivamente abastecen a las familias venezolanas.

El ALBA es el más importante proyecto de la política exterior venezolana y también la principal iniciativa internacional impulsada con gran vigor por Hugo Chávez. Permanecerá como un importante legado más allá de las diferencias que puedan surgir con los cambios presidenciales que puedan darse en Bolivia, Ecuador, Argentina, Brasil o la misma Venezuela.

Lo que de aquí en adelante tenga que vivir el pueblo venezolano no tiene gran relación con las iniciativas internacionalistas de su difunto Presidente. Tiene que ver con lo que ocurre y ocurrirá con su economía. Una economía enormemente dependiente de las exportaciones de petróleo y con un mercado interior que debe importar la mayor parte de lo que consume. Ahora se constatará la falta de desarrollo del sector productivo que no se inició como potencialmente pudo hacerlo con los enormes recursos que sus exportaciones le brindaron. La dilapidación de recursos que caracterizaron a su Gobierno dejó una economía en desarreglo y será el oscuro legado que Chávez dejó a su pueblo. Los esfuerzos por la equidad sin acompañamiento de una base material productiva, lamentablemente, revertirán los positivos resultados sociales en menor tiempo en que se los alcanzó.



Alberto Bonadona C. es economista.

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