Por Felipe Luchete (Folha)
En una de las principales avenidas de la capital boliviana, el senador de derecha Roger Pinto Molina, 52, vive recluido en una sala de 20 metros cuadrados, que sirve de morada y escritorio.
Esta semana, el líder de la oposición al presidente Evo Morales, en el senado, completa 100 días de refugio en la embajada brasileña en La Paz.
Su llegada, el 20 de mayo, sorprendió al gobierno brasileño. Acompañado de dos senadoras y un diputado, Pinto pidió, en aquel martes, una reunión de última hora con el embajador Marcel Biato.
En el encuentro, le entregó una solicitud de asilo político a Biato y una carta dirigida a la presidenta Dilma Rousseff. Pinto alega ser un perseguido político, desde que denunció el vínculo de autoridades bolivianas con el narcotráfico.
El Brasil confirmó el asilo 11 días después, desde entonces Bolivia niega el salvoconducto para que él pueda salir de la embajada y embarcarse rumbo a Brasil.
Rutina
Mientras dura el impase, Pinto vive en un espacio adaptado para él. El no puede andar en la embajada y está lejos del movimiento de funcionarios.
Para llegar a la sala, es preciso atravesar una puerta de la fachada, identificarse con soldados navales y recorrer un corredor.
La embajada no autorizó la entrada de Folha a la sala, bajo el justificativo de que perjudicaría la situación del senador.
Hasta mediados de agosto, Pinto ocupaba dos ambientes separados, una en la parte del frente de la embajada, con vista a la avenida Arce, en el centro de La Paz. Tuvo que ser transferido cuando llegaron nuevos funcionarios.
Él recibe visita de amigos en una fila todos los días. Tiene televisor, notebook, mesa cama, frigobar y hace ejercicios en una bicicleta ergométrica, en el corredor.
Evangélico, lee la biblia y los libros “Guía política de América Latina” y “El sueño del libertador”, sobre el activista peruano Raúl Haya de la Torre, que estuvo cinco años en la embajada de Colombia (1949-54) en Lima.
También conversa por internet con su mujer, una hija, dos nietos y la suegra que se mudaron para Acre.
Ellos dejaron Cobija, ciudad del departamento de Pando, luego que Pinto fue a la embajada. Personas próximas dicen que los parientes sufrieron amenazas y temen ser usados como menda de transacción para la salida del senador de la embajada.
Una hija, que vive en La Paz, dice que su papá recibió mensajes amenazadores describiendo dónde y cómo ella está.
Denise Pinto, 22, estudiante de Derecho, va y vuelve llevando ropas y comida. En la embajada visita al senador, dice ella que adora que le lleve churrasco y arroz con bacón.
Denise dice que las acusaciones contra su papá son invenciones del gobierno. Hay procesos por supuesto desacato a autoridades, tala de árboles y asesinato, una acusación donde no se dice quien es el muerto.
Existen al menos tres procesos por desacato a consecuencia de denuncias del senador sobre tráfico de drogas, y del diputado federal Adrián Oliva, del mismo partido.
Ella dice que el presidente (Evo Morales) recibió en 2010 documentos relatando supuesto delitos que envuelven a la cúpula del gobierno. Tras el anuncio de investigación y el refugio de Pinto se generó atención internacional.
Para el diputado federal Luis Felipe Dorado, jefe de bancada de Convergencia Nacional, el gobierno tiene un discurso contradictorio: hasta ahora no emite el salvoconducto a Pinto, anunció su apoyo a Ecuador, que concedió asilo político a Julian Assange.
El fundador de Wikileals está desde junio en la embajada de ese país en Londres.
Negativa
Bolivia justifica su negativa de salvoconducto (a Pinto) diciendo que el senador de Convergencia Nacional (cuya bancada tiene 47 de 167 escaños en el Congreso) debe responder a más de 20 procesos judiciales.
La concesión de asilo fue criticada por el propio Evo Morales. En julio pasado causaron malestar en Itamaraty declaraciones de la ministra de Comunicación boliviana, Amanda Dávila, que acusó al embajador brasileño de hacer presiones por su liberación.
La situación está estancada. La embajada estima que sólo resta esperar un recurso del gobierno boliviano. Políticos de oposición apuestan (la otorgación de salvo conducto a Pinto) a que ocurra con ayuda de la presión internacional.
Dorado espera una posición más firme de Brasil. “Ese país tiene que hacer respetar su soberanía”.
Folha intentó hablar con el gobierno boliviano, más no tuvo respuesta a sus pedidos de entrevista.
La Paz, 03 septiembre 2012 - A.P.V./
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