Bolivia es soberana en 28 productos de canasta familiar
Foto: Fundación Tierra.
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Jueves, Octubre 17, 2013 - 19:53
Bolivia
es autosuficiente en 28 productos alimenticios de la canasta familiar y
otros 300 los importa, señala un informe del Instituto Boliviano de
Comercio Exterior (IBCE) en base a los datos de Instituto Nacional de
Estadística (INE). La Fundación Jubileo reportó que de 2006 a septiembre
de 2013, los alimentos aumentaron en precio en 101 por ciento.
En un sondeo realizado por Erbol se evidenció que las amas de casa gastan el doble que hace unos años atrás en las compras del mercado. Las entrevistadas coincidieron que los alimentos subieron casi el doble, y en las últimas semanas mucho más. “Antes yo iba al mercado con 300 bolivianos y llegaba a mi casa con 5 bolsas llenas, ahora con 450 sólo llevo tres”; “es imposible ahora comprar todo lo que necesitas”, fueron las recurrentes expresiones de las entrevistadas.
El Ejecutivo señaló que los fenómenos climatológicos de los últimos
meses, como la nevada, granizada y sequía, afectaron a los cultivos y
causaron la posterior elevación de los precios. La inflación acumulada
hasta septiembre de 2013 fue de 5,65 por ciento, cifra mayor al 4,8 por
ciento estimado por el gobierno para esta gestión.
De los 112 productos de la clasificación Alimentos y Bebidas no Alcohólicas, 28 son productos no importados y producidos en el país, indicó Jimena León, Jefa de la Unidad de Estadística del IBCE.
“Son productos que se producen casi en su totalidad en Bolivia, como la carne de llama, chuno, tunta, quinua, productos bolivianos que en otros países no hay”, declaró.
Los pobres gastan más en alimentos
Bruno Rojas, investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), indicó que una familia de cuatro miembros con un ingreso de 1.500 bolivianos al mes gasta en promedio el 35 por ciento de sus recursos en comida, en tanto que una con ingresos iguales o menores a 1.200 bolivianos dispone el 50 por ciento para la alimentación.
En las ciudades de La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y El Alto “se estima que entre 30 a 35 por ciento del ingreso familiar en general está destinado a la alimentación (…). Hay que tomar en cuenta que estos porcentajes están en referencia a ingresos y salarios bajos”.
“Un 25 por ciento sumaría transporte y vestido, el resto, 40 por ciento, se distribuye en salud, educación, servicios básicos como luz y agua, alquiler”, agregó el especialista.
De acuerdo a otras investigaciones, indicó Rojas, los trabajadores con ingresos más bajos destinan un mayor porcentaje de sus recursos para los alimentos; “podrían llegar hasta el 45 o al 50 por ciento”.
“Casi la mitad de sus ingresos dedican a alimentos, estamos hablando del 20 por ciento de la población ocupada más pobre, es decir trabajadoras del hogar, operarios, ayudantes de pequeñas empresas, vendedores, promotores, impulsadores, una población donde los ingresos son bajos, nos referimos a los que ganan por debajo del salario mínimo nacional”, apuntó.
En ese sentido puntualizó que el país está frente a un panorama de “salarios precarios e ingresos precarios” pese a los esfuerzos que hace la familia por buscar otras formas de ingresos. “El 95 por ciento de la población ocupada gana por debajo de una canasta básica familiar que fue estimada el año 2011 en 4.531 bolivianos, sólo un 5 por ciento gana por encima de ese monto”, refirió.
Priman los carbohidratos
Evelyn Cerruto, Jefa de la Unidad de Alimentación y Nutrición del Ministerio de Salud, advirtió que la alimentación de los bolivianos es sumamente abundante en carbohidratos y escasa carnes, frutas y verduras. Identificó esta situación como el principal problema para las “anemias nutricionales”.
“La alimentación de la población boliviana en general es híper hidrocarbonada, esto quiere decir que los bolivianos consumimos muchos alimentos ricos en carbohidratos como arroz, papa, fideos, y justamente son alimentos que no tienen vitaminas ni minerales, en todo caso lo que se recomienda es que se consuma al día mínimamente tres frutas y un plato de verduras, y aumentar el consumo de productos derivados de la leche y carnes”, señaló.
Agregó que el problema de la salud pública en el país es por el bajo consumo de alimentos proteicos que otorgan los cárnicos. “La población que consume por la mañana un té con pan y al medio día un ají de fideo, en ese tipo de comidas no hay frutas y no hay verduras y es una deficiencia que tenemos en nuestra alimentación”, advirtió.
“Nuestro consumo en alimentos ricos en vitaminas A y hierro es poco, se consume poca zanahoria, poco zapallo, poca carne, eso nos muestran los estudios, y ha conllevado a que la prevalencia de anemias en grupos vulnerables se alta”, apuntó.
La especialista dijo que en líneas generales lo recomendable para mantener una buena nutrición a través de la alimentación es: “en el desayuno consumir un cereal que puede ser un pan de soya, una taza de leche y una fruta: a media mañana puede ser un vaso de yogurt o una fruta; en el almuerzo tratar de que haya un mayor aumento en el consumo de verduras y carne de res o pollo; en la tarde más que tomar un té hay que mejorar la calidad con Apis o leches con algún cereal; y, en la noche algo ligero como una ensalada de vainitas y zanahoria, con bife o pollo”.
En un sondeo realizado por Erbol se evidenció que las amas de casa gastan el doble que hace unos años atrás en las compras del mercado. Las entrevistadas coincidieron que los alimentos subieron casi el doble, y en las últimas semanas mucho más. “Antes yo iba al mercado con 300 bolivianos y llegaba a mi casa con 5 bolsas llenas, ahora con 450 sólo llevo tres”; “es imposible ahora comprar todo lo que necesitas”, fueron las recurrentes expresiones de las entrevistadas.
De los 112 productos de la clasificación Alimentos y Bebidas no Alcohólicas, 28 son productos no importados y producidos en el país, indicó Jimena León, Jefa de la Unidad de Estadística del IBCE.
“Son productos que se producen casi en su totalidad en Bolivia, como la carne de llama, chuno, tunta, quinua, productos bolivianos que en otros países no hay”, declaró.
Bruno Rojas, investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), indicó que una familia de cuatro miembros con un ingreso de 1.500 bolivianos al mes gasta en promedio el 35 por ciento de sus recursos en comida, en tanto que una con ingresos iguales o menores a 1.200 bolivianos dispone el 50 por ciento para la alimentación.
En las ciudades de La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y El Alto “se estima que entre 30 a 35 por ciento del ingreso familiar en general está destinado a la alimentación (…). Hay que tomar en cuenta que estos porcentajes están en referencia a ingresos y salarios bajos”.
“Un 25 por ciento sumaría transporte y vestido, el resto, 40 por ciento, se distribuye en salud, educación, servicios básicos como luz y agua, alquiler”, agregó el especialista.
De acuerdo a otras investigaciones, indicó Rojas, los trabajadores con ingresos más bajos destinan un mayor porcentaje de sus recursos para los alimentos; “podrían llegar hasta el 45 o al 50 por ciento”.
“Casi la mitad de sus ingresos dedican a alimentos, estamos hablando del 20 por ciento de la población ocupada más pobre, es decir trabajadoras del hogar, operarios, ayudantes de pequeñas empresas, vendedores, promotores, impulsadores, una población donde los ingresos son bajos, nos referimos a los que ganan por debajo del salario mínimo nacional”, apuntó.
En ese sentido puntualizó que el país está frente a un panorama de “salarios precarios e ingresos precarios” pese a los esfuerzos que hace la familia por buscar otras formas de ingresos. “El 95 por ciento de la población ocupada gana por debajo de una canasta básica familiar que fue estimada el año 2011 en 4.531 bolivianos, sólo un 5 por ciento gana por encima de ese monto”, refirió.
Priman los carbohidratos
Evelyn Cerruto, Jefa de la Unidad de Alimentación y Nutrición del Ministerio de Salud, advirtió que la alimentación de los bolivianos es sumamente abundante en carbohidratos y escasa carnes, frutas y verduras. Identificó esta situación como el principal problema para las “anemias nutricionales”.
“La alimentación de la población boliviana en general es híper hidrocarbonada, esto quiere decir que los bolivianos consumimos muchos alimentos ricos en carbohidratos como arroz, papa, fideos, y justamente son alimentos que no tienen vitaminas ni minerales, en todo caso lo que se recomienda es que se consuma al día mínimamente tres frutas y un plato de verduras, y aumentar el consumo de productos derivados de la leche y carnes”, señaló.
Agregó que el problema de la salud pública en el país es por el bajo consumo de alimentos proteicos que otorgan los cárnicos. “La población que consume por la mañana un té con pan y al medio día un ají de fideo, en ese tipo de comidas no hay frutas y no hay verduras y es una deficiencia que tenemos en nuestra alimentación”, advirtió.
“Nuestro consumo en alimentos ricos en vitaminas A y hierro es poco, se consume poca zanahoria, poco zapallo, poca carne, eso nos muestran los estudios, y ha conllevado a que la prevalencia de anemias en grupos vulnerables se alta”, apuntó.
La especialista dijo que en líneas generales lo recomendable para mantener una buena nutrición a través de la alimentación es: “en el desayuno consumir un cereal que puede ser un pan de soya, una taza de leche y una fruta: a media mañana puede ser un vaso de yogurt o una fruta; en el almuerzo tratar de que haya un mayor aumento en el consumo de verduras y carne de res o pollo; en la tarde más que tomar un té hay que mejorar la calidad con Apis o leches con algún cereal; y, en la noche algo ligero como una ensalada de vainitas y zanahoria, con bife o pollo”.
LUEGO DE 7 AÑOS DE GOBIERNO, EL ESTADO FUERTE DE GARCIA LINERA NO PUEDE ABASTECER A SU POBLACIÓN DE LOS MAS ELEMENTALES ALIMENTOS
Jueves, Octubre 17, 2013 - 19:53
Bolivia es autosuficiente en 28 productos alimenticios de la
canasta familiar y otros 300 los importa, señala un informe del Instituto
Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) en base a los datos de Instituto Nacional
de Estadística (INE). La Fundación Jubileo reportó que de 2006 a septiembre de
2013, los alimentos aumentaron en precio en 101 por ciento.
En un sondeo realizado por Erbol se evidenció que las amas
de casa gastan el doble que hace unos años atrás en las compras del mercado.
Las entrevistadas coincidieron que los alimentos subieron casi el doble, y en
las últimas semanas mucho más. “Antes yo iba al mercado con 300 bolivianos y
llegaba a mi casa con 5 bolsas llenas, ahora con 450 sólo llevo tres”; “es imposible
ahora comprar todo lo que necesitas”, fueron las recurrentes expresiones de las
entrevistadas.
El Ejecutivo señaló que los fenómenos climatológicos de los
últimos meses, como la nevada, granizada y sequía, afectaron a los cultivos y
causaron la posterior elevación de los precios. La inflación acumulada hasta
septiembre de 2013 fue de 5,65 por ciento, cifra mayor al 4,8 por ciento
estimado por el gobierno para esta gestión.
De los 112 productos de la clasificación Alimentos y Bebidas
no Alcohólicas, 28 son productos no importados y producidos en el país, indicó
Jimena León, Jefa de la Unidad de Estadística del IBCE.
“Son productos que se producen casi en su totalidad en
Bolivia, como la carne de llama, chuno, tunta, quinua, productos bolivianos que
en otros países no hay”, declaró.
Los pobres gastan más en alimentos
Bruno Rojas, investigador del Centro de Estudios para el
Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), indicó que una familia de cuatro miembros
con un ingreso de 1.500 bolivianos al mes gasta en promedio el 35 por ciento de
sus recursos en comida, en tanto que una con ingresos iguales o menores a 1.200
bolivianos dispone el 50 por ciento para la alimentación.
En las ciudades de La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y El Alto
“se estima que entre 30 a 35 por ciento del ingreso familiar en general está
destinado a la alimentación (…). Hay que tomar en cuenta que estos porcentajes
están en referencia a ingresos y salarios bajos”.
“Un 25 por ciento sumaría transporte y vestido, el resto, 40
por ciento, se distribuye en salud, educación, servicios básicos como luz y
agua, alquiler”, agregó el especialista.
De acuerdo a otras investigaciones, indicó Rojas, los
trabajadores con ingresos más bajos destinan un mayor porcentaje de sus
recursos para los alimentos; “podrían llegar hasta el 45 o al 50 por ciento”.
“Casi la mitad de sus ingresos dedican a alimentos, estamos
hablando del 20 por ciento de la población ocupada más pobre, es decir
trabajadoras del hogar, operarios, ayudantes de pequeñas empresas, vendedores,
promotores, impulsadores, una población donde los ingresos son bajos, nos
referimos a los que ganan por debajo del salario mínimo nacional”, apuntó.
En ese sentido puntualizó que el país está frente a un
panorama de “salarios precarios e ingresos precarios” pese a los esfuerzos que
hace la familia por buscar otras formas de ingresos. “El 95 por ciento de la
población ocupada gana por debajo de una canasta básica familiar que fue
estimada el año 2011 en 4.531 bolivianos, sólo un 5 por ciento gana por encima
de ese monto”, refirió.
Priman los carbohidratos
Evelyn Cerruto, Jefa de la Unidad de Alimentación y
Nutrición del Ministerio de Salud, advirtió que la alimentación de los
bolivianos es sumamente abundante en carbohidratos y escasa carnes, frutas y verduras.
Identificó esta situación como el principal problema para las “anemias
nutricionales”.
“La alimentación de la población boliviana en general es
híper hidrocarbonada, esto quiere decir que los bolivianos consumimos muchos
alimentos ricos en carbohidratos como arroz, papa, fideos, y justamente son
alimentos que no tienen vitaminas ni minerales, en todo caso lo que se
recomienda es que se consuma al día mínimamente tres frutas y un plato de
verduras, y aumentar el consumo de productos derivados de la leche y carnes”,
señaló.
Agregó que el problema de la salud pública en el país es por
el bajo consumo de alimentos proteicos que otorgan los cárnicos. “La población
que consume por la mañana un té con pan y al medio día un ají de fideo, en ese
tipo de comidas no hay frutas y no hay verduras y es una deficiencia que
tenemos en nuestra alimentación”, advirtió.
“Nuestro consumo en alimentos ricos en vitaminas A y hierro
es poco, se consume poca zanahoria, poco zapallo, poca carne, eso nos muestran
los estudios, y ha conllevado a que la prevalencia de anemias en grupos
vulnerables se alta”, apuntó.
La especialista dijo que en líneas generales lo recomendable
para mantener una buena nutrición a través de la alimentación es: “en el
desayuno consumir un cereal que puede ser un pan de soya, una taza de leche y
una fruta: a media mañana puede ser un vaso de yogurt o una fruta; en el
almuerzo tratar de que haya un mayor aumento en el consumo de verduras y carne
de res o pollo; en la tarde más que tomar un té hay que mejorar la calidad con
Apis o leches con algún cereal; y, en la noche algo ligero como una ensalada de
vainitas y zanahoria, con bife o pollo”.
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es autosuficiente en 28 productos alimenticios de la canasta familiar y
otros 300 los importa, señala un informe del Instituto Boliviano de
Comercio Exterior (IBCE) en base a los datos de Instituto Nacional de
Estadística (INE). La Fundación Jubileo reportó que de 2006 a septiembre
de 2013, los alimentos aumentaron en precio en 101 por ciento.
En un sondeo realizado por Erbol se evidenció que las amas de casa gastan el doble que hace unos años atrás en las compras del mercado. Las entrevistadas coincidieron que los alimentos subieron casi el doble, y en las últimas semanas mucho más. “Antes yo iba al mercado con 300 bolivianos y llegaba a mi casa con 5 bolsas llenas, ahora con 450 sólo llevo tres”; “es imposible ahora comprar todo lo que necesitas”, fueron las recurrentes expresiones de las entrevistadas.
El Ejecutivo señaló que los fenómenos climatológicos de los últimos
meses, como la nevada, granizada y sequía, afectaron a los cultivos y
causaron la posterior elevación de los precios. La inflación acumulada
hasta septiembre de 2013 fue de 5,65 por ciento, cifra mayor al 4,8 por
ciento estimado por el gobierno para esta gestión.
De los 112 productos de la clasificación Alimentos y Bebidas no Alcohólicas, 28 son productos no importados y producidos en el país, indicó Jimena León, Jefa de la Unidad de Estadística del IBCE.
“Son productos que se producen casi en su totalidad en Bolivia, como la carne de llama, chuno, tunta, quinua, productos bolivianos que en otros países no hay”, declaró.
Los pobres gastan más en alimentos
Bruno Rojas, investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), indicó que una familia de cuatro miembros con un ingreso de 1.500 bolivianos al mes gasta en promedio el 35 por ciento de sus recursos en comida, en tanto que una con ingresos iguales o menores a 1.200 bolivianos dispone el 50 por ciento para la alimentación.
En las ciudades de La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y El Alto “se estima que entre 30 a 35 por ciento del ingreso familiar en general está destinado a la alimentación (…). Hay que tomar en cuenta que estos porcentajes están en referencia a ingresos y salarios bajos”.
“Un 25 por ciento sumaría transporte y vestido, el resto, 40 por ciento, se distribuye en salud, educación, servicios básicos como luz y agua, alquiler”, agregó el especialista.
De acuerdo a otras investigaciones, indicó Rojas, los trabajadores con ingresos más bajos destinan un mayor porcentaje de sus recursos para los alimentos; “podrían llegar hasta el 45 o al 50 por ciento”.
“Casi la mitad de sus ingresos dedican a alimentos, estamos hablando del 20 por ciento de la población ocupada más pobre, es decir trabajadoras del hogar, operarios, ayudantes de pequeñas empresas, vendedores, promotores, impulsadores, una población donde los ingresos son bajos, nos referimos a los que ganan por debajo del salario mínimo nacional”, apuntó.
En ese sentido puntualizó que el país está frente a un panorama de “salarios precarios e ingresos precarios” pese a los esfuerzos que hace la familia por buscar otras formas de ingresos. “El 95 por ciento de la población ocupada gana por debajo de una canasta básica familiar que fue estimada el año 2011 en 4.531 bolivianos, sólo un 5 por ciento gana por encima de ese monto”, refirió.
Priman los carbohidratos
Evelyn Cerruto, Jefa de la Unidad de Alimentación y Nutrición del Ministerio de Salud, advirtió que la alimentación de los bolivianos es sumamente abundante en carbohidratos y escasa carnes, frutas y verduras. Identificó esta situación como el principal problema para las “anemias nutricionales”.
“La alimentación de la población boliviana en general es híper hidrocarbonada, esto quiere decir que los bolivianos consumimos muchos alimentos ricos en carbohidratos como arroz, papa, fideos, y justamente son alimentos que no tienen vitaminas ni minerales, en todo caso lo que se recomienda es que se consuma al día mínimamente tres frutas y un plato de verduras, y aumentar el consumo de productos derivados de la leche y carnes”, señaló.
Agregó que el problema de la salud pública en el país es por el bajo consumo de alimentos proteicos que otorgan los cárnicos. “La población que consume por la mañana un té con pan y al medio día un ají de fideo, en ese tipo de comidas no hay frutas y no hay verduras y es una deficiencia que tenemos en nuestra alimentación”, advirtió.
“Nuestro consumo en alimentos ricos en vitaminas A y hierro es poco, se consume poca zanahoria, poco zapallo, poca carne, eso nos muestran los estudios, y ha conllevado a que la prevalencia de anemias en grupos vulnerables se alta”, apuntó.
La especialista dijo que en líneas generales lo recomendable para mantener una buena nutrición a través de la alimentación es: “en el desayuno consumir un cereal que puede ser un pan de soya, una taza de leche y una fruta: a media mañana puede ser un vaso de yogurt o una fruta; en el almuerzo tratar de que haya un mayor aumento en el consumo de verduras y carne de res o pollo; en la tarde más que tomar un té hay que mejorar la calidad con Apis o leches con algún cereal; y, en la noche algo ligero como una ensalada de vainitas y zanahoria, con bife o pollo”.
En un sondeo realizado por Erbol se evidenció que las amas de casa gastan el doble que hace unos años atrás en las compras del mercado. Las entrevistadas coincidieron que los alimentos subieron casi el doble, y en las últimas semanas mucho más. “Antes yo iba al mercado con 300 bolivianos y llegaba a mi casa con 5 bolsas llenas, ahora con 450 sólo llevo tres”; “es imposible ahora comprar todo lo que necesitas”, fueron las recurrentes expresiones de las entrevistadas.
De los 112 productos de la clasificación Alimentos y Bebidas no Alcohólicas, 28 son productos no importados y producidos en el país, indicó Jimena León, Jefa de la Unidad de Estadística del IBCE.
“Son productos que se producen casi en su totalidad en Bolivia, como la carne de llama, chuno, tunta, quinua, productos bolivianos que en otros países no hay”, declaró.
Bruno Rojas, investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), indicó que una familia de cuatro miembros con un ingreso de 1.500 bolivianos al mes gasta en promedio el 35 por ciento de sus recursos en comida, en tanto que una con ingresos iguales o menores a 1.200 bolivianos dispone el 50 por ciento para la alimentación.
En las ciudades de La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y El Alto “se estima que entre 30 a 35 por ciento del ingreso familiar en general está destinado a la alimentación (…). Hay que tomar en cuenta que estos porcentajes están en referencia a ingresos y salarios bajos”.
“Un 25 por ciento sumaría transporte y vestido, el resto, 40 por ciento, se distribuye en salud, educación, servicios básicos como luz y agua, alquiler”, agregó el especialista.
De acuerdo a otras investigaciones, indicó Rojas, los trabajadores con ingresos más bajos destinan un mayor porcentaje de sus recursos para los alimentos; “podrían llegar hasta el 45 o al 50 por ciento”.
“Casi la mitad de sus ingresos dedican a alimentos, estamos hablando del 20 por ciento de la población ocupada más pobre, es decir trabajadoras del hogar, operarios, ayudantes de pequeñas empresas, vendedores, promotores, impulsadores, una población donde los ingresos son bajos, nos referimos a los que ganan por debajo del salario mínimo nacional”, apuntó.
En ese sentido puntualizó que el país está frente a un panorama de “salarios precarios e ingresos precarios” pese a los esfuerzos que hace la familia por buscar otras formas de ingresos. “El 95 por ciento de la población ocupada gana por debajo de una canasta básica familiar que fue estimada el año 2011 en 4.531 bolivianos, sólo un 5 por ciento gana por encima de ese monto”, refirió.
Priman los carbohidratos
Evelyn Cerruto, Jefa de la Unidad de Alimentación y Nutrición del Ministerio de Salud, advirtió que la alimentación de los bolivianos es sumamente abundante en carbohidratos y escasa carnes, frutas y verduras. Identificó esta situación como el principal problema para las “anemias nutricionales”.
“La alimentación de la población boliviana en general es híper hidrocarbonada, esto quiere decir que los bolivianos consumimos muchos alimentos ricos en carbohidratos como arroz, papa, fideos, y justamente son alimentos que no tienen vitaminas ni minerales, en todo caso lo que se recomienda es que se consuma al día mínimamente tres frutas y un plato de verduras, y aumentar el consumo de productos derivados de la leche y carnes”, señaló.
Agregó que el problema de la salud pública en el país es por el bajo consumo de alimentos proteicos que otorgan los cárnicos. “La población que consume por la mañana un té con pan y al medio día un ají de fideo, en ese tipo de comidas no hay frutas y no hay verduras y es una deficiencia que tenemos en nuestra alimentación”, advirtió.
“Nuestro consumo en alimentos ricos en vitaminas A y hierro es poco, se consume poca zanahoria, poco zapallo, poca carne, eso nos muestran los estudios, y ha conllevado a que la prevalencia de anemias en grupos vulnerables se alta”, apuntó.
La especialista dijo que en líneas generales lo recomendable para mantener una buena nutrición a través de la alimentación es: “en el desayuno consumir un cereal que puede ser un pan de soya, una taza de leche y una fruta: a media mañana puede ser un vaso de yogurt o una fruta; en el almuerzo tratar de que haya un mayor aumento en el consumo de verduras y carne de res o pollo; en la tarde más que tomar un té hay que mejorar la calidad con Apis o leches con algún cereal; y, en la noche algo ligero como una ensalada de vainitas y zanahoria, con bife o pollo”.
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