martes, 1 de abril de 2014

Red de engaños, nudos de impunidad

http://www.paginasiete.bo/opinion/2014/4/1/enganos-nudos-impunidad-17653.html

Roger Cortez Hurtado



Red de engaños, nudos de impunidad
Roger Cortez Hurtado
La gestión de este gobierno se inauguró rompiendo las marcas conocidas de honrar las promesas electorales. Ha conducido una modificación significativa de las relaciones sociales, del modelo económico, de redistribución del excedente social, de la denominación y orientación del Estado y ha sustituido el control del poder político de las anteriores élites por el de nuevos grupos empresariales, nacidos de matriz popular y campesina.
A partir de su segundo mandato no ha dejado de desalentar la participación,  de quebrar el bloque social revolucionario, contener y alterar la aplicación de la nueva Constitución, alentar el corporativismo, intensificar la captura de clientelas a cambio del usufructo de riquezas naturales, perseguir la disidencia y las críticas y alentar la neutralización de adversarios mediante el uso indiscriminado de la intimidación.
La multiplicación de abusos, extorsiones, apropiaciones del patrimonio común por grupos e individuos ligados al poder y bajo su amparo, se ha hecho incontenible, mostrando que   muy por encima del uso electoral de las denuncias, el partido gobernante ha sido desbordado por el tejido y crecimiento de nodos y redes de corrupción.
La deserción de un mimado "superfiscal”, poco después  del arresto internacional del jefe de la unidad policial anticorrupción, a meses de la develación de las redes de extorsión atribuida a los máximos asesores del Ministerio de Gobierno y del exilio dorado, nombrando embajador al anterior titular de ese despacho, antecedido por la captura del general de Policía responsable del aparato de Inteligencia, son todos episodios del armado y desenvolvimiento de una gigantesca trama de falsedades y encubrimiento.
La proliferación de los casos hace cada vez más irrelevante o dudoso que los máximos ejecutivos  gubernamentales estén enterados de las maniobras  y apetitos personales de sus agentes. La duda está en cuánto control pueden ejercer sobre funcionarios subordinados esencialmente a órdenes, antes que al cumplimiento de reglas.
La subalternización de la norma a la eficacia  favorece la conversión de funcionarios en esbirros.
No estamos ante cabo sueltos, todo tiene relación: desde la complicidad en el ocultamiento de archivos castrenses, a los premios con embajadas y la indulgencia y omisión que facilitan las fugas,  a la completa inacción de las instituciones y mecanismos de control fiscal.
El partido gobernante no es inventor de estos comportamientos, pero los ampara y vigoriza gracias a la particular pirámide organizativa que ha conformado alrededor de una sola autoridad y árbitro, a quien todos se apegan y halagan, destruyendo cualquier posibilidad de comportamiento democrático interno y de apertura a las críticas.
El "evismo”, caracterizado por el máximo intelectual del partido como aporte y rasgo revolucionario local, constituye, además de un modelo organizativo autoritario, vertical y excluyente,  un tipo de  corporativismo cerrado, representativo de las alianzas construidas alrededor de un núcleo central de comerciantes, cooperativistas, colonizadores y burguesía burocrática. Esta concurrencia, donde predomina una dinámica definida por la jerarquización de fracciones reinantes, más que hegemónicas, se caracteriza por la limitación temporal de sus proyectos concurrentes, que tienen la vigencia del deseo de reelegirse continuamente o  lo que puede durar un yacimiento o un nicho de mercado.
Son éstas las bases de una matriz que alienta a la simulación y al engaño.
Recordemos, por ejemplo, algunas falsedades usadas por el Gobierno en el conflicto del TIPNIS: "No existe proyecto caminero”, "Existen siete alternativas de trazo de la carretera”, "Se ha realizado una consulta previa, de buena fe, concertada”, "Las fuerzas represivas actuaron en Chaparina por su cuenta, sin autorización  ni control de sus máximos mandos”, etcétera, etcétera, etcétera.
La extinción de toda capacidad autocrítica y la satanización de la crítica completan el círculo. Es así como se han construido  mallas de falsedades y nudos de impunidad.
Desde el momento en que se deben cerrar filas para ocultar y negar errores, faltas o transgresiones, la solidaridad se troca en complicidad y apañamiento.
La impunidad de los delitos cometidos en cuarteles -para no indisponerse con los aparatos de fuerza-  se difunde y vincula a negar fallas y soslayar responsabilidades hasta convertirse en normalidad y forma de comportamiento habitual y aceptado. Del mismo modo, "robar para la corona” (en este caso, "para el partido” o "la revolución”), mediante el usufructo  de la propiedad jurídica o el control efectivo de un bien o empresa, pasa a ser la coartada perfecta.
Ningún fiscal o funcionario renunciará, ninguna falla se reconocerá. Las adjudicaciones sin licitaciones se multiplicarán  y no se retrocederá, hasta que las alianzas y acuerdos con las cúpulas de organizaciones sociales pierdan toda eficacia y la indignación colectiva se extienda y sobrepase la capacidad de excusa y exculpación temerosa o interesada.


Roger Cortez Hurtado es investigador y director del Instituto  Alternativo.

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