viernes, 10 de enero de 2014

Temor a la sociedad civil

http://www.paginasiete.bo/opinion/2014/1/10/temor-sociedad-civil-10897.html

Lupe Cajías



Temor a la sociedad civil
Lupe Cajías
No encontré en los documentos oficiales del Movimiento Al Socialismo (MAS), antes de 2005, la propuesta que ahora se aplica en el ejercicio del poder: cogobierno con las Fuerzas Armadas y debilitamiento de las organizaciones de la sociedad civil.
 Posiblemente no estuve atenta a algún viraje ideológico que permitió al MAS recomponer su línea de 2002 y gobernar atendiendo con preferencia los requerimientos de los militares, incluso con cargos diplomáticos, como en las épocas de la Doctrina de Seguridad Nacional, y a pesar de la cantidad de muertes violentas en los cuarteles.
 En cambio, hace una década, cuando el MAS tenía diputados y alcaldes, pero era todavía un partido en el llano, la relación privilegiada era con todo tipo de organizaciones no gubernamentales, nombre genérico para las instituciones que no son públicas.
 Por ejemplo, Amnistía Internacional es una ONG dedicada a denunciar mundialmente la violación de los derechos humanos. Funciona con una representación en Bolivia y su par nacional es otra entidad de la sociedad civil, que desde hace años recibe apoyo de la cooperación internacional y de ONG europeas.
La Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia era continuamente convocada por los cocaleros; en la actualidad se la acusa de varias intromisiones y se crearon organizaciones paraestatales o fraudulentas para debilitarla.
 Otra organización no estatal, con estatuto de fundación, Tierra, publicó durante años estudios para visibilizar el tema de la tenencia de la tierra, los abusos a los agrarios, el latifundio. Ningún gobierno de la época democrática, ni siquiera el dictador convertido en demócrata, acusó a Tierra de conspirar por editar esos datos.
 Unita apoyaba las movilizaciones campesinas con todo tipo de recursos y sus ejecutivos, convertidos este lustro en diplomáticos, publicaban críticas a las políticas públicas, a coyunturas políticas y a autoridades del Ejecutivo sin temor a ser clausurados, cercados, insultados públicamente.
 ¿Por qué ahora el MAS teme a las ONG? ¿Por qué teme a las organizaciones independientes de la sociedad civil? ¿A quién o a quiénes desea enviar una señal con la expulsión de IBIS Dinamarca, la entidad que durante décadas trabajó con los pobres en Bolivia y en el mundo?
 No es una reacción nacional ni autónoma. Por el contrario, es la línea impuesta desde Moscú, del neoestalinismo que persigue a las organizaciones de la sociedad civil, a la prensa y a artistas que cantan en una iglesia o escriben contra el régimen.
 Condenada a no ser libre, Bolivia transita de George Bush a Vladimir Putin.

 Lupe Cajías es periodista es
 historiadora.
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