Por Efe - Agencia - 3/08/2012
NACIONES UNIDAS |
Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua votaron hoy contra una resolución de
condena al régimen sirio en la Asamblea General de la ONU al considerar el
texto "desequilibrado" y una injerencia en los asuntos internos de
Siria.
La Asamblea General aprobó hoy por amplia mayoría una resolución de condena
del régimen de Bachar al Asad, con apoyo de 133 países, incluidos la mayoría de
naciones latinoamericanas, 12 en contra y 31 abstenciones, incluido Ecuador.
El embajador de Cuba ante la ONU, Pedro Núñez Mosquera, señaló en su
intervención antes de votar que la resolución es "desequilibrada"
porque puede "abrir la puerta a una intervención extranjera" de la
que, según dijo, "tenemos ya experiencia en el pasado reciente".
"Necesitamos el cese de todos los actos de violencia, de las masacres
y también de los actos terroristas que se cobran vidas inocentes en Siria, por
lo que se necesita detener la transferencia de armas y dinero a los grupos
insurgentes", añadió.
El diplomático cubano responsabilizó de esas prácticas a "Estados
Unidos y sus aliados europeos", que cuentan con "políticas dedicadas
a cambiar regímenes" que se traducen su objetivo de "derrotar por la
fuerza a gobiernos soberanos".
Cuba también acusó de "manipulación" al "emporio mediático
occidental", que cubre el conflicto en Siria, según dijo el embajador,
"con propósitos políticos que incitan un brutal baño de sangre".
Por su parte, el embajador de Venezuela ante la ONU, Jorge Valero, dijo que
la resolución no es objetiva y constituye una intervención en los asuntos
internos de un estado "soberano e independiente".
Asimismo, lamentó que el texto describa una "larga lista" de
violaciones de derechos humanos "atribuidos al Gobierno de Siria",
pero "minimice u oculte los crímenes cometidos por los grupos terroristas
y por la oposición armada".
Para Caracas, la única "opción viable" es un diálogo político
"sincero e inclusivo" en el que, según indicó, se niega a participar
la oposición, a la que acusó de "practicar o apoyar" el terrorismo y
que sobrevive "gracias al apoyo foráneo".
Así, tras respaldar "todas las iniciativas orientadas a la búsqueda de
la paz", lamentó la renuncia del enviado especial de la ONU y la Liga
Árabe, Kofi Annna, cuyo plan de seis puntos, dijo, "conserva toda su
vigencia".
"Los guerreristas y los que apuestan por la intervención militar
sabotearon sus gestiones de paz", añadió el embajador venezolano, quien
reiteró que su gobierno comparte las posiciones asumidas por Rusia y China.
Por su parte, el embajador boliviano, Rafael Archondo, reconoció que la ONU
debe actuar para frenar la crisis, pero alertó de que "hay claros
límites" a esa acción dentro de la Carta de Naciones Unidas, a la que la
resolución de hoy es "contraria".
"Esta resolución simplemente empeora el problema", añadió el
diplomático boliviano, quien señaló que "abre un camino equivocado"
ya que su propósito "no es cesar la violencia sino derrocar al Gobierno de
Damasco".
Ecuador, que votó en contra de la anterior resolución en febrero, se abstuvo
en esta ocasión, una opción que su embajador ante la ONU, Diego Morejón,
sustentó en que "la resolución no contempla de manera equitativa la
responsabilidad de todas las partes".
Morejón condenó "las graves violaciones de los derechos humanos"
en Siria "independientemente de donde vengan", y pidió consecuencias
para sus autores y para quien provee "armas a todos los sectores (del
conflicto), incluidos los grupos terroristas".
La resolución recibió el voto afirmativo, además de España, de un amplio número
de naciones latinoamericanas, como Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa
Rica, República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Panamá,
Paraguay, Perú y Uruguay.
"Apoyamos la resolución porque pide con urgencia un alto el fuego y el
fin de la violencia y porque creemos que la Asamblea General no puede
permanecer en silencio ante la escalada de violencia en Siria", dijo la
embajadora adjunta de Brasil, Regina María Cordeiro.
Por su parte, el embajador chileno, Octavio Errázuriz, se unió a las
muestras de pesar por la renuncia de Annan, sumó su apoyo a la resolución e
instó al Consejo de Seguridad a "cumplir un rol determinante y
urgente" en la resolución del conflicto.
Las resoluciones de la Asamblea General no son vinculantes, pero no pueden
ser vetadas por ningún país, contrariamente a lo que ocurre en el seno del
Consejo de Seguridad, donde sus cinco miembros permanentes tienen derecho a
veto.
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